Con sabor a la dulzura de los padrinos, las macetas de alfeñique son “Patrimonio Cultural Inmaterial”

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Toda tradición conlleva una leyenda y la maceta de alfeñique no es la excepción, según el relato popular, la tradición inició un 29 de junio en los cañaverales para finales del siglo XIX, cuando Doña Dorotea invoca a los santos Pedro y Pablo, para que la ayuden a crear un obsequio para los niños, los santos le enseñan a fabricar el alfeñique y a moldear los dulces, que inserta en mazos de maguey, adornados con papelillos de colores.

Es tal la acogida a este delicioso dulce, que ya cuenta con un monumento en la colina de San Antonio, en el barrio del mismo nombre, posee una altura de 15 metros y cuenta con 37 figuras o adornos, distribuidos en 7 niveles, que incluyen detalles propios de la cultura caleña.

En el 2013, esta tradición de celebrar a los ahijados con macetas de alfeñique, fue reconocida como patrimonio cultural inmaterial, siendo la única tradición caleña inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia. Esta dulce y colorida manifestación se celebra anualmente en la capital del Valle del Cauca el día 29 de junio.

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